Disfrazado.

Un espantapájaros hecho un ovillo, un niño perdido en un centro comercial, un lince que huye. Un árbol sin savia. Un saco vacío. Un teatro sin máscaras.
Viento, llévatelo.

Sueño despierta.

Cierro los ojos y veo la oscuridad. Siento cuando apagan la luz que hay enfrente de mi ventana. Oigo mejor a los murciélagos y cuándo giran al rozar mi pared. Doy vueltas y, cuando más despierta estoy, consigo dormirme. Con los nervios, sueño.
¿Tú sueñas? ¿Te acuerdas? Supongo que no siempre. Ayer recordé dos sueños. ¿Me cuentan lo que flota en mi subconsciente? En ese caso, está últimamente... cómo te lo explico, ¿expectante?, ¿curioso?, ¿divertido?
Trataré de ver qué pasa si lo reproduzco con los 5 sentidos despiertos. ¿Vas a querer ayudarme? Sino, tú te lo pierdes, tendré que suplantarte y luego ya, contarte cómo me ha ido.

¡Simplifica!

Mira hacia delante, no dejes que ayer influya en mañana. Olvida todo eso que no te deja recordar los buenos momentos. No tengas miedo a repetir sensaciones. No pienses, deja que tus pies anden por ti, deja que tus ojos encuentren lo que quieren ver, deja que tus manos tecleen lo que opinan, deja que tu cabeza se evada.
Siente el calor, disfruta el frío. No mires directamente al sol, sino las sombras que crea y escucha caer la lluvia.
Este año traté de ser buena, así que quiero un año lleno de cosas simples, ya me entiendes.