Y de paso, por si no habías hecho nada, me recuerdas los días cuando hace años formábamos parte de las mismas cartas, de los mismos libros, de las mismas horas, lugares y conversaciones. Cuando eras mi ángel de la guarda y me dejabas ayudar al tuyo.
Gracias por ayudarme a luchar contra esos instintos que no quiero que afloren, por saber cuándo acercarte y cuándo dejar que piense y madure, por hacer de contrapartida a mi genio.
Que potito! ^^
ResponderEliminarUn beso!
Esto... vaya, siempre por tus parajes.
ResponderEliminarCuídate
Muy bonito :)
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