31.5.09

¡Bienvenidos al circo!

¿Alguna vez te has parado a pensar en las semejanzas que hay entre el circo y el mundo real?
Te voy a poner un eje
mplo, los trapecistas. Son aquellos que siempre andan por las nubes, tienen miedo de tocar el suelo, supongo que porque se han dado cuenta de que hay una gran distancia hasta él y se podrían hacer daño si se caen. Los payasos son los que pase lo que pase siempre tienen una sonrisa dibujada en la cara. Van siempre de colores y les encanta hacer reir a los demás. Hay una excepción en este tipo de personajes: los payasos con sonrisa triste, ¿no los has visto nunca? Puede que no, a la gente no le gustan. También están los domadores de fieras. Ellos dicen que como son valientes y fuertes, las doman ellos mismos, pero no es así, yo conozco su secreto: el látigo, es quien realmente hace todo el trabajo. Los malabaristas son los que más me gustan de todos, son capaces de hacer un espectáculo increíble con algo tan simple como cuatro o cinco pelotas, un par de cintas o tres palos. A veces incluso se atreven a jugar con fuego ¡y casi siempre salen ilesos!
Hay muchos más, pero ahora mismo no me acuerdo. Tendré que ir otra vez para recordarlo, al circo, claro.

29.5.09

Sopla.

Lo hizo: sopló las velas y pidió su deseo, quería volver a ser una niña.

23.5.09

¡Sácame de aquí!

Como cada día, iba por ese camino. Ponía los pies en los mismos sitios. Elegía las mismas esquinas para girar. Pensaba en las mismas cosas. Y daba vueltas por los mismos lugares. A veces incluso pasaba varias veces por el mismo punto. Tomaba las mismas decisiones. Pese a que cada día era nuevo y pasaban cosas nuevas, yo siempre lo resolvía todo de la misma forma. Pregunté a la gente y lo único que saqué en claro es ¡que había construido mi propio laberinto! Por eso, lo que intento averiguar ahora es si es de los que no tienen salida, de los que tienen una o de los que tienen varias, como los que hacen los niños pequeños para entretenerse mientras esperan la comida en un restaurante.

21.5.09

Hicimos un trato.

¿Te acuerdas del contrato que firmamos hace tiempo? ¿Recuerdas que cumplí los horarios?, ¿que respeté los lugares?, ¿que guardé los secretos?, ¿que almacené los recuerdos? ¿Recuerdas que resolvimos los malos momentos?, ¿que prescindimos de los engaños? Ah, no, espera... nunca escribimos ningún contrato. Creo que pensamos que no era necesario, que todo salía solo.

18.5.09

¿Jugamos?

Vamos a jugar a que somos pequeños de nuevo. Te cambio un cuento por una piruleta y una canción por una palabra y un paseo por un beso. Te cambio una flor por una sonrisa. Te cambio un poco de mi buena suerte por un abrazo cuando lo necesite, sabrás cuándo es porque dejarán de brillarme los ojos. Te cambio también una larga conversación telefónica por un café. Y una noche de risas por una tarde de contarnos nuestros problemas. Y si tú eres sincero, yo prometo ser transparente. Te cambio tres horas a la semana por tu amistad, y de regalo, te doy la mía.

16.5.09

Tengo una pregunta...

Desde el primer momento en que lo vi quise saber si era verdad, pero no consigo averiguarlo. Lo intenté de mil formas pero todo eran laberintos sin salida. Cada día observo esos cristales que parece que te pueden llevar al infinito si consigues colarte dentro, para adivinar cuál es el secreto. A día de hoy, continuo con la misma inquietud, el mismo misterio, la misma curiosidad que al principio y sigo sin obtener mi respuesta. Aun así seguiré intentándolo y si la encuentro, la guardaré bajo llave, para que no se escape nunca y pueda regresar a ella cada vez que vuelva a olvidarlo.

11.5.09

Préstame tu luz.

Tras aquel gran soplido, todo había quedado sumido en la más absoluta oscuridad. Era imposible saber si sus ojos estaban abiertos o cerrados, así que decidió quedarse donde estaba. Y, tras un tiempo, no supo adivinar cuánto, vio una pequeña luz al fondo. Poco a poco se iba acercando hasta que descubrió que era alguien con una diminuta vela que venía a hacerle compañía. Esa pequeña luz les permitió ver que en realidad aquel lugar estaba lleno de otras como ella que podían encender para iluminarles. Cuando todas estuvieron encendidas vieron algo mucho más grande y extraño, arriba en una esquinita. Se acercaron con cuidado, pues no sabían lo que era. Arrimaron una de las velas para intentar averiguar de qué se trataba cuando, de repente, una pequeña chispa saltó y luego otra, y así un centenar de ellas todas reunidas en torno a algo. Habían creado el Sol.

8.5.09

Me toca...

Ahora yo, y ahora ellos, ahora yo, y ahora ellos. Y me tocó a mí, y gané terreno, durante un tiempo. Pero volvieron y se mantuvieron aún más tiempo del que yo había estado. Y de repente, los dados me dieron ventaja como no lo habían hecho hasta entonces. Y me quedé mucho rato, era mío. Y perdí, un poquito, y nos mantuvimos en equilibrio (todo lo equilibrados que podíamos estar), pero empecé a retrasar mis pasos... Eso sí, no me di por vencida. Ni mucho menos.

2.5.09

¿Recuerdas?

¿Recuerdas cuando hace años alguien te regalaba una piruleta? ¿Recuerdas cuando te contaban un cuento? ¿Recuerdas cuando te llevaban a un tiovivo? ¿Recuerdas cada una de esas sensaciones? ¡Pues me estoy comiendo una piruleta! ¡Y hace poco me regalaron un cuento! ¡Y algún día volveré a un tiovivo! ¿Te vienes?

1.5.09

Cuentos y más cosas...

-¿Me cuentas un cuento?
-¿Qué cuento quieres que te cuente, pequeña?
-...
-Siempre me pides el mismo, ¿no te apetece más otro?
-Sí, pero después. ¡Ese me gusta mucho!
-Está bien... pero luego te irás a dormir sin protestar, ¿vale?
-Mmm... bueeeno, vale...
-Érase una vez, una pequeña niña que siempre iba vestida con una caperucha roja...

A veces no me doy cuenta hasta mucho tiempo después de todo lo que determinadas personas hacen por mí, y alguna vez me gustaría devolvérselo. Mientras tanto, un pequeño granito de arena desde aquí aunque dudo que los principales afectados lleguen a leer esto nunca...