30.8.09

Sonríe pequeño.

Hace tiempo, nadie sabe de dónde, apareció un niño en la ciudad. Era como todos los demás salvo por el hecho de que cada vez que sonreía ganaba una unidad de suerte. El pequeño no era consciente de que esto ocurría así, él sólo sabía que su vida, aunque no tenía grandes sorpresas (a causa de su desconocimiento sobre cómo almacenar la suerte), estaba hecha de pequeños granitos de felicidad que hacían que sonriera continuamente realimentando así el ciclo.
Esta historia no tiene final y es porque yo desde aquí espero que ese pequeño continúe sonriendo para siempre. Además, de esta forma se queda abierta la historia pudiendo contaros más adelante el día en que consiga guardar tantos granitos de arena que pueda construir con ellos un gran castillo.

28.8.09

Qué cosas más raras...

Últimamente todo se está volviendo un poco extraño. Ayer sin ir más lejos me pareció ver una mariposa hecha de azúcar volando de flor en flor. Mientras, me di cuenta de que la manzana que me estaba comiendo era de madera. El aire parecía estar compuesto de pequeñas gotitas de agua mezcladas con burbujas y el libro que iba a empezar a leer creo que era de cristal.
Ahora la que me siento rara soy yo y al mirarme descubro que... ¡estoy empezando a convertirme en hielo!

21.8.09

¿Y mi deseo?

Recojo agua cada vez que el río se desborda. Hago de pararrayos cuando hay tormentas. Y me acerco a tenderte una antorcha cuando pierdes el camino. Y trato de ayudarte a encontrar uno nuevo. Igual que cuando tu mundo se para, que cojo la cuerda más grande que encuentro y juego con él a la peonza con la esperanza que comience a girar de nuevo, a ser posible sin que lo haga al revés.
Mientras, cada noche, me asomo a la ventana esperando que aquella estrella fugaz venga a cumplir alguno de mis deseos.

20.8.09

Aquí, allí.

De aquí te vas, y yo me quedo.
Desde allí juegas con el piano, desde aquí intento escribir un cuento. Desde allí me miras, desde aquí te oigo.
Y más tarde, vienes aquí y me besas.

10.8.09

En posición de defensa.

Y aquí estoy con mi escudo en mano viendo las cosas venir. Por lo visto yo no tuve la suerte que tuvieron otros a los que también les tocó una lanza. Hay quien incluso ha debido pagar a un químico y así conseguido unas cuantas bombas de gas lacrimógeno. No sé para qué las querrán la verdad, ni qué tiene de bueno el daño en masa. Yo creo que soy más de objetivos individuales y luchas a corta distancia.
Y mientras ellos se van armando y siguen con sus ataques, formaré un equipo con los que se apunten a ello conmigo. A ver si cuando averigüe cómo matar al monstruo (con tan sólo un arma defensiva), me dan una buena escopeta.

6.8.09

Poco a poco lo consigo.

Otra vez aquí, buscando algún lugar al que escaparme, comprando billetes para que mi cuerpo se reuna con mi mente. Esta vez los encontré. Y entre todos lo sacaremos adelante, lo disfrutaremos y al final lo contaremos.
Mientras tanto, en paralelo, yo buscaré el camino para no volver al principio. E intentaré, con cuidado, no quedarme a mitad de trayecto, que últimamente las retenciones están a la orden del día.
Así por fin me voy moldeando y voy consiguiendo lo que me propuse, paso a paso. Además he descubierto que ya no cuesta tanto como antes, cada vez sale más barato, de hecho me lo dan casi regalado. Sólo espero que no terminen de hacerlo, porque entonces no podré resistirme, lo arrancaré y saldré volando hacia Nunca Jamás.

2.8.09

Tetris de hielo.

Supe mientras venía que esta vez sería diferente, que mi cabeza tenía menos cordones, que apenas se harían nudos. Y aunque alguno hay que formar porque sino se pierde la esencia, no hubo agua que impidiera a mis ojos absorber el color verde esperanza.
Mientras tanto, no sé si por los kilómetros o por el frío, mi mente parece un pequeño iglú. Con sus recuerdos e ideas congeladas en cubitos que parecen colocados. Aunque a veces, con las pequeñas ráfagas de calor, unos pocos se deshacen y deslizan por los conductos desordenándolo todo otra vez. Alguna incluso consigue evaporarse y flotando se convierte en un sueño que me vela esa noche.