27.10.09

Quiero subir al cielo.

Cuando era pequeña quería ser astronauta, quería entender por qué Saturno tenía tantos amigos, cómo habían conseguido colorear Júpiter, si los marcianos realmente tenían dos antenas verdes y averiguar si Plutón cabría en mi habitación. Quería saber dónde salía si me tragaba un agujero negro, qué se siente al dar una vuelta en meteorito, si podría escuchar todos los deseos de una estrella fugaz y cómo conseguían pintar las galaxias.
A día de hoy, quiero volver a ser pequeña. Sobretodo ahora que ya sé que los marcianos son como me los imaginaba.

26.10.09

...de cuando compartíamos tiempo.

¿Hola? ¿Hay alguien ahí? Creo que algo no va bien, no me puedo casi mover, tengo las manos muy frías y creo que se está extendiendo. Antes no era así, de hecho recuerdo hace tiempo poder sentir soplos de aire y notar rayos de sol en mi piel. Me acuerdo de cuando os acercabais a mí y no quedabais congelados, de cuando mi miraba no paralizaba, de cuando compartíamos espacio sin miedo.
Quiero quitarme esta armadura que parece de acero inoxidable. No deja traspasar ni una gota del poco hielo que se derrite dentro de mí. Y sólo puedo palpar el exterior a través de mis ojos. ¡Quiero salir de aquí!
Si me encuentras, devuélveme el calor y haz que me dé el sol para que deje de necesitar usar guantes.

19.10.09

Deja de borrar.

He intentado escribir un cuento acerca de aquel que tú escribiste, pero por alguna razón las piezas del puzzle no encajan y la historia no quiere que escriba sobre ella.
Cada vez que trato de teclear algo, el botón de suprimir se pulsa solo, como si lo hicieras tú desde otra dimensión. Puede que estés viajando en el tiempo para enseñarme lo que ha sucedido, pero yo no quiero saberlo.
No me interesa tu futuro, igual que a ti no te interesa mi presente. Así que vamos a hacer un trato, yo cambio de cuento y tú, la próxima vez, en vez de borrar escribes.

10.10.09

Y tiro porque me toca.

Comienzo a pillarle el truco a esto. Creo que las reglas del juego no son como a mí me las contaron.
Empecé desarmada y sin saber que eras mi rival, ahí tenías tú ventaja que lo sabías desde hace mucho. Jugué despistada la primera pantalla y tú aprovechaste para adelantarme hasta que te perdí de vista. En la segunda me fue algo mejor, pese a que jugábamos en tu campo y yo olvidé mi mochila en casa. Y en el resto hemos ido alternando los golpes bajos aunque con una considerable ventaja por tu parte.
La última vez que jugamos sin embargo, aprendí algunos trucos. Usando la puerta del espejo casi conseguí que abandonaras. Pero llegaste a un pasadizo secreto del que tú sólo intuías la existencia y pudiste seguir luchando.
Con un soplo de olvido obtuve un tiempo precioso para descolocarte y que dieras vueltas en círculos mientras yo daba vida a un dragón que me hará volar hasta la meta.
Y con la ayuda de mis nuevos aliados logré un cambio de escenario en el que por fin yo tenía ventaja y adelanté 18 casillas. Bueno, he de reconocer que tuve que retroceder una al principio para poder preparar mejor el terreno, así que sólo fueron 17.
Ahora estamos igualados y tengo que admitir que eres bueno, pero así es más emocionante. Eso sí, ahora prepárate, que el próximo turno es mío.

7.10.09

Recuérdamelo.

Apenas recordaba ya tus apariciones los lunes por la mañana, la alegría que hacía que me levantaras por los aires al verme, el olvidar el tiempo sin vernos para recordar el último momento que pasamos juntos, las conversaciones arreglando aquel pequeño mundo en que nos conocimos, la sensación de que entiendes y apoyas todo lo que te cuento y que yo hago lo mismo contigo.
El lunes me lo recordaste.
A partir de hoy no dejes que vuelva a pasar tanto tiempo, recuérdame a menudo lo bien que lo pasamos con algo tan sencillo como un paseo.